El independentismo sigue vivo

    Dado el escalabro de CiU el pasado domingo día 25 de noviembre, la España más patriótica tiene un filón para despotricar en contra del nacionalismo catalán y colorear de rojo y gualda a la población catalana. Toda una perita en dulce para, por ejemplo, periódicos que todos sabemos. Un regalito caído del cielo. Un maná.

    Pero si algo en claro se puede sacar rápidamente de la jornada de ayer, es que el independentismo sigue igual, o más vivo que en anteriores ocasiones. En Cataluña el espectro político se divide en dos variables. La una: Izquierda/Derecha. La dos: Cataluña/España. El primer vencedor ha sido el que ha apostado por elegir Derecha en la primera y Cataluña en la segunda. El segundo y gran vencedor ha sido el que ha apostado por elegir Izquierda en la primera y Cataluña en la segunda.

    Habría que ser tonto para no saber qué ha ganado en la disyuntiva Cataluña/España. Y también habría que ser tonto no saber quién se ha dado la gran hostia en la disyuntiva Izquierda/Derecha. Y es que nadie contaba con ERC, nadie daba un duro por ellos. Desde los grandes medios de comunicación parecía como si se les quisiera silenciar. ¿Por qué? De ahí que su triunfo con mayúsculas haya sido tan sorprendente en la opinión pública española. Habían desaparecido del mapa, o les habían desaparecido del mapa, más bien.

Por lo tanto, el nacionalismo catalán sigue vivo, no se ha ido, por mucho que muchos quieran interpretarlo así. Valioso resultado el suyo, sabiendo que han tenido que trabajar desde la sombra y la marginación mediática.

Para terminar, desde aquí, quiero hacer saber a quien me lea, que no apoyo la independencia, tampoco apoyo la no independencia. Apoyo el Derecho a la Autodeterminación de aquellos pueblos que así lo exijan, es tan sencillo como eso.